LA AMPLACIÓN DEL PRADO

A pesar de haberlo inaugurado hace ya un par de meses hemos esperado a estas entrañables fiestas para dejarnos caer por allí. No se puede ser madrileño sin haber visitado sus mejores museos y gracias a los horarios de apertura gratuita no hay excusas (si, cabezones, los museos son gratis las dos últimas horas del día y la tarde del domingo y no hace falta hacer cola en La Noche en Blanco o cuando lo abren para la inauguración y hacer cinco horas de cola).

Así que cinco intrépidas marujonas nos personamos allí con la intención de ver el claustro de los Jerónimos y la pintura del Siglo XIX antes de su retirada en enero. Debo reconocer que la entrada nueva me ha recordado al ala nueva de la Nacional Gallery. Todo muy mármol, muy diáfano y tremendamente moderno. El claustro es bastante impresionante pero supongo que deberían plantearse una exposición más propia para conseguir más espectacularidad. Muy Moneo, como siempre, efectivo, efectista y levantando críticas. Se trata de unos 22.000 m² dedicados a exposiciones temporales, servicios y áreas de trabajo, que se suman a los espacios del edificio Villanueva. Tras cinco años y tres meses de obras y152 millones de euros es una lástima que se vaya a hacer que alberguen sólo exposiciones temporales en lugar de ampliar la fantástica salida a obras de arte que siguen el los sótanos de uno de los mejores museos de Europa.

Para mí un acierto el Claustro y sobre todo la linterna que dota e luz natural a todas las salas. Sin embrago las escaleras que dan ese look "corte inglés" no acaban de cuajar. Por poner una pega la de los horarios de sus tiendas y que no te dejen mover con absoluta libertad por los espacios externos de la nueva zona del museo.

Eso sí, reformar los lavabos de la parte antigua que , cito textual, “parecen los cuartos de baño de una estación de autobús de pueblo” no estaría de mas.

Y es que queridos madrileños no hay nada más placentero que pasar una aburrida tarde de domingo paseando por un museo y rematarlo con un café. Que a parte de ser enriquecedor queda la mar de cuco cuando se lo cuentas a los colegas.

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