JOSEPH AND THE AMAZING TECHNICOLOR DREAMCOAT

Este corto y singular título fue la secuela de Andrew Lloyd Webber y Tim Rice al éxito de Jesucristo Superstar. Bueno, quizás esté adelantando acontecimientos ya que su inicio fue mucho más modesto.

Un amigo encargó para una función de un coro de un colegio local una obra musical de unos veinte minutos. Era 1968 y tras descartar muchos temas Rice decidió dar una oportunidad a la historia de José “Patriarca” contenida en el texto "Coat of many colors" la historia de José hijo de Jacob escrita en el Génesis 37 a 46. Así nació la versión de 15 minutos de “Joseph and the Amazing Technicolor Dreamcoat”.

Después el musical fue creciendo con cada representación con nuevas canciones y críticas cada vez más favorables. A finales de ese año ya tenían una versión de 35 minutos tras actuaciones en Westmister y Saint Paul.

Es aquí donde la aparición de Jesucristo Superstar consiguió romper la barrera y convertir Joseph en un show de Broadway que vio la luz en 1982 con dos horas de duración, y es precisamente la versión que ahora se puede ver en los teatros.

Indudablemente en la esencia de Joseph se conserva ese espíritu de musical infantil que combinado con canciones míticas como “Any Dream Will Do", "Close Every Door to Me" o “Go, Go, Go Joseph” lo han convertido en un clásico de las carteleras aunque sea una de las obras menores de sus autores.

No conocía la historia de Joseph pero afortunadamente con un poco de imaginación se pueden rellenar los espacios que dejaban las canciones rápidas y con estilos diversos que lo componen.

Joseph es el hijo favorito de Jacob, ante la envidia de sus hermanos por el amor que le profesa su padre deciden poner remedio intentando acabar con él en el desierto. Pero Joseph, siempre majete y positivo acaba superando todos los obstáculos de su camino, en Egipto prospera hasta que de nuevo cae en desgracia, acaba en la cárcel y finalmente conoce al faraón, o lo que es lo mismo: Elvis, y gracias a sus interpretaciones de los sueños gana su favor de nuevo convirtiéndose en alguien importante, momento en el cual tendrá que reencontrarse con su familia.

La historia la cuenta una joven y guapa profesora a su clase, niños que permanecen en escena todo el espectáculo.

Debo reconocer que efectivamente no es un musical fácil de entender. No hablan y algunos estilos musicales: pop, rock, country, reggae,… no son precisamente sencillos de seguir. Pero por lo demás la puesta en escena es simplista pero efectiva.

Los tres personajes principales en la versión del West End fueron muy competentes. Jenna Lee-James era la encantadora profesora, vocalmente impresionante y muy divertida. Dean Collinson era el faraón (Elvis) que simplemente hace caer el teatro con su papel y finalmente Gareth Gates, ganador de Pop Idol en 2001 es Joseph.

Sorprendentemente el ídolo televisivo es bastante coherente en su papel y además sus abdominales acaban de encajar en el descamisado papel en la obra (Joseph se pasa media representación con poca ropa).

En resumen, pese a ser un musical de segunda Joseph es moderadamente entretenido y totalmente sorprendente. No sería mi primera opción para aquellos que no controlen el idioma pero si para los fans de Lloyd Webber.