La vecina de al lado

Técnicamente podía titular esto "la familia de al lado". Cuando nos mudamos descubrimos el increíble talento musical de nuestro vecino que nos deleita con insanas sesiones de flamenco sin entender de horas o días de la semana, eso me recordó a las peripecias Dublinescas de Ociore, pero se podía sobrellevar con cierta dignidad.

Ahora bien, los  tipejos de la puerta de al lado han engendrado a un retoño que ronda el año y medio y ahora sus apasionantes discusiones con amenazas e insultos entre ellos se canalizan hacia el pobre mico que se pasa el día llorando. Inenarrable las salvajadas que sueltan al pobre chaval que aún no posee la capacidad de hablar y sólo se comunica con el llanto. Estoy segura de que si hablara les mandaría a la mierda un rato. 

Me hace gracia pensar en este tipo de padres y en esas propuestas tipo RinoNaranja cuyo objetivo se la repanpinfla.

Sólo tengo clara una cosa, Enano NUNCA será amigo del vecinito. Porque no consiento este trato cerca del Enano, y además estoy convencida de que con tanta violencia verbal ese crio será el matón del barrio. Y a mi niño no le soba el morro nadie, y menos con tan mal gusto musical.

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