Hay una cita trendy, pija, moderna, cool y familiar imprescindible en la capital ese es el Mercado de Motores. El único lugar que permite convivir familias con gafapastas en un entorno idílico y divertido, nada más y nada menos que el Museo del Ferrocarril (Paseo de las Delicias 61, Madrid).
Allí, entre andenes y viejos Talgo asoman los puestos de artesanía, decoración e incluso alimentos más variopintos y deliciosos que puedas imaginar.
Encontrarás además la zona de particulares, un rastrillo de usuarios que han vaciado sus trasteros y armarios sacados directamente de los años ochenta que proponen un viaje a todas aquellas cosas que tenías o que incluso están en algún cajón de casa como reductos del pasado.
Entre todas esas delicadas creaciones también disponen de un patio fascinante dedicado a comer, al más puro estilo de Candem pero españolizado permite que la experiencia del Mercado pueda ser un día completo.
Además de todo esto, y por si te queda alguna duda el Mercado de Motores es gratuito por lo que es una oportunidad única para hacer algo diferente en familia o simplemente darte un capricho, comprar unos regalos (hablan maravillas de la edición de Navidad).
Prometemos regresar muy pronto por lo que seguiremos una sana costumbre de descubrir en cada visita alguno de los puestos que más nos hayan gustado. En esta ocasión nos dejamos el sueldo en Un Paseo en Poni.
Fue uno de los primeros puestos que descubrimos y posiblemente el que más nos gustó por el gusto con el que han elegido sus piezas y los diseños de los colgantes, pulseras, corbatines, broches y demás bisutería sacada directamente de la imaginación naïf recorriendo literatura, cine, naturaleza o ciudades del mundo.
Todo era tan precioso que era muy dificil resistirse a comprar media docena de piezas, especialmente nos enamoraron las piezas de Alicia en el país de las maravillas y las pulseras de tela aunque reconozco que los broches de cuello son una delicia y el colgante de Donde viven los monstruos era delicioso también y por ello acabaremos comprando muy pronto.
El mago de Oz, la escena del té de Alicia, ... miles de cosas tan divinas que merecían un tamaño superior e irían directamente a mi pared a modo de decoración.
Por cierto, si os pilla mal el Mercado tienen un blog y venden todo por internet. Ahora, os aviso, si lo miráis seguro que acabáis picando...
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