La invasión de las chonis

Estamos invadidos, en un momento determinado pensé que el fin del mundo llegaría con los Zombies devora cerebros, pero por desgracia la cosa no es así. Lo de ausencia de cerebros, sin embargo, si que es una constante.

La semana pasada tuve un curso formativo de mi empresa y entré en contacto con la nueva generación de jefes de la misma. Y el panorama da miedo. Son todo chonis.

Hace años la palabra choni no era conocida, haberlas, haylas, pero estaban convenientemente escondidas y recluidas en sus casas, pueblos y discotecas de moda.

La visibilidad de las chonis en los últimos cinco años ha aumentado, las chonis han salido del armario y se han enrollado con famosos, han venido para quedarse. Me gusta echar la culpa a Mujeres, Hombres y Viceversas varios. Porque todos sabemos que los males de nuestro tiempo son todos por culpa de telecinco. Si no han sido ellos tiene que ser la ESO, porque son de la época.

Al lío, si ahora son el 65% de la población es cuestión de tiempo que se hagan con toda la vida civilizada y se conviertan en las reinas del mambo. Muy mal.Es fácil distinguir una choni, vaqueros ajustados, piercings muy visibles, peinados imposibles que incluyen el rubio-bote, el Amy Winehouse, los levantadores, extensiones y flequillos demasiado largos. Exceso de maquillaje, abuso del Rouge de los chinos, pendientes para colgar un loro, camisetas muy cortas, pantalones muy ajustados, tanga asomando, tacones como para operarte la espalda antes de los 40 y de plástico genuino, chicles sonoros, móvil pegado a la mano y... bueno, no hace falta que hablen, se les ve de lejos.

Suelen moverse en manadas, aunque no es necesario que se lleven bien, lo importante es poner verde a su oponente en las redes sociales y no a la cara, su deporte favorito es quitarse los novio y asistir al antro de moda a ligar. Sin oficio, beneficio, ni estudios conocidos potencian los motes y nombres que acaben en "i" quitando este superpoder a las "pijas". Jenny, Susi, Maleni, Caroli, ... Y si puede ser mejor con el "la" delante, es como llamarse Doña María en su mundo, es decir "la Mari".

Sistemáticamente aparecen donde más molestas te resulten, detrás tuyo en el cine, en la mesa de al lado del restaurante (sobre todo si cometes el error de ir a un McDonals o a un Montaditos el día de oferta, ... eso sí, estás a salvo en bibliotecas y museos, dice la leyenda que si los pisan se deshacen en un charco de agua y gritan de forma terrible hasta morir en un charco de rimmel y carmín barato.

Pues pensad que esas chonis ya tienen sus puestos de poder, fuera de la frutería del barrio y la cajera del carrefour, ya no son las dueñas de Benidorm, al ser tantas empiezan a invadir nuestra vida cotidiana, ya no hay espacio en Telecinco para ellas, no hay suficientes ediciones de ¿Quién quiere casarse con mi hijo? como para contenerlas. Ahora han salido al mundo... Y lo que es más preocupante, están en edad productiva así que empezarán a crear salas de puesta en modo "Alien" y soltar pequeñas chonis vestidas de colores chillones del Primark que juegan con los Smartphones de sus progenitores  antes de los dos años son capaces de sacarse fotos con ellos en espejos de años públicos.

Yo os lo he avisado...

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