Ahora bien, en la Madrid Games Week decidimos ir al concurso de Cosplay, no con pretensiones de ganar, porque quien me conozca sabe de mis capacidades manuales, si no por hacer algo divertido, crear una tradición, y ¿por qué no? hacer que el peque se involucre dentro de poco en la elección y confección del disfraz.
Cuando nos planteamos qué hacer salieron varios nombres de videojuegos: Metal Gear fue uno de ellos y lo descartamos porque la idea de ver un ser pequeño con una metralleta más grande que él, aunque a priori parecía divertida, en realidad era un poco inquietante. Optamos por un fácilón y naïf Oliver de Nino Kuni por ser adorable, entrañable y tener duendes y varitas en lugar de granadas de mano. Estamos muy orgullosos de poder explicarle cuando tenga uso de razón , si es que no sigue existiendo la saga que promete sacar su segunda parte, que le disfrazamos de un niño valiente basado en la imaginación del Estudio Ghibli y que tiene la banda sonora y la historia más bonita y completa de los últimos tiempos.
En el concurso, poco antes que nuestro hijo, subió una niña de su misma edad - le calculo por agilidad que incluso pueda ser un poco mayor aunque más bajita- y subió al escenario e hizo una increíble exhibición de espada digna de una coreografía de película. Cuando le preguntaron su padre dijo que la niña no sabía hablar muy orgulloso de semejante despliegue físico pero sin dar mayor importancia al hecho de que su hija es capaz de manejar una espada mejor que el lenguaje. Y eso me dió un poco de miedo, vértigo, y respeto.
No digo que esté mal que la niña fuera disfrazada de un videojuego de adultos, me preocupa que una niña asuma como normal ese comportamiento y además se trasmita esa imagen fuera. Me preocupa cómo se usan los videojuegos no sólo con los niños, también delante de ellos. Me gustaría mucho se capaz de gestionar eso, conseguir que mi hijo con ocho años quiera jugar al Kingdom Hearst en vez de al GTA por propia iniciativa sin miedo a ser el París de la clase, que sea un niño y lo disfrute.
Y ya puestos me gustaría que en cierta forma se incentive desde las organizaciones que esto se así protegiendo las categorías infantiles, si en las categorías se premia a Assesins Creeds, a Juego de Tronos o Metal Gear al final los referentes de esos niños serán esos. Y por mucho que como padre individual luches contra eso se necesita un poco de ayuda de más arriba. Es decir, al final los roles de imitación les llevan a consumir esos juegos cuando no tienen edad para ello y lo consideran normal.
Y vosotros ¿cómo gestionáis la violencia en la tele y los videojuegos? ¿Os habéis planteado esta exposición a diario a ellos como algo negativo? ¿Qué soluciones y caminos hay para educar y respetar la infancia de niños que van a crecer con la tecnología que en mijos casos se nos van a escapar de las manos?
1 Comentarios
Y ahora a lo importante... Hubo premio o no hubo premio? :P
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