EL RATONCITO PEREZ


No entiendo la manía de los niños de crecer tan pronto. Yo personalmente creo en el Ratoncito Pérez, en los Reyes Magos, en Papa Noel y en el Monstruo del Armario. ¿Qué me impediría creer en tales seres que me han acompañado toda mi infancia? ¿Quizás no haberles visto nunca?

Cuando a mi hermana pequeña ella siempre veía al Ratoncito Pérez, el suyo era de color marrón y como solía hablarle tenía constancia de que el mío era de color blanco. ¿A qué se debe esta relación? Muy simple, el Ratoncito Pérez tenía que visitarte cada día para ver si tenías un diente nuevo debajo de la almohada porque ,todos los adultos sabemos que, los únicos seres con poderes mágicos son los Reyes Magos. Siempre me quedé con ganas de preguntarle a mi hermana si podía explicarme como un Ratoncillo vulgar podría ascender al título de Ratón Pérez para dar regalos a los niños pero supongo que como hace años que nos vista siempre me quedará esa intriga.

Pues lo que muchos niños no saben es que el Ratón Pérez era español. Más concretamente Madrileño y habitaba en en el número 8 de la Calle Arenal según nos cuenta el Padre Coloma, autor del libro original que muy pocos hemos tenido oportunidad de leer (y que se puede hacer virtualmente gracias al Instituto Cervantes en su más antigua e ilustre edición). El Padre Coloma era un Jesuita miembro de la Real Academia desde 1908 y recibió desde Palacio el encargo de escribir un cuento a Alfonso XIII cuando este tenía ocho años porque se le había caído un diente. El protagonista de la historia era también un rey, el Rey Bubi (como llamaba su madre Doña Maria Cristina al infante)

¿Cómo era el ratoncillo? “muy pequeño, con sombrero de paja, lentes de oro, zapatos de lienzo y una cartera roja, colocada a la espalda” tal y como aparece en la estatua conmemorativa instalada en los bajos de su antigua casa que ahora es un centro comercial. El intrépido Rey Bubi acudía a recoger los dientes de niños, no sólo del futuro monarca, por las cañerías desde su domicilio viviendo fascinantes aventuras huyendo de los gatos que querían atraparlo.

Si alguno aún se pregunta porque creo que es cierto que existe el Ratoncito Pérez la respuesta es muy sencilla. Porque e el 5 de enero de 2003 el Ayuntamiento de Madrid decidió instalar una placa en la Calle Arenal 8. Una de esas típicas placas amarillas destinadas a recordar a los viandantes que un ilustre escritor o un famoso político vivió, nació o realizó importantes actos en un determinado punto de Madrid. Una placa que reza “Aquí vivía, en una caja de galletas, Ratón Pérez, según el cuento que el padre Coloma escribió para el niño Rey Alfonso XIII.” y que fui a visitar con un amigo hace unos días y todos sabemso que esas placas son una cosa muy seria. Y por supuesto, porque los mayores somos fans del Ratoncito Pérez ya que sabemos que es real y no le gusta nada que un niño dude de su existencia al igual que nosotros que nos sentimos como Peter Pan cuando un niño deja de creer en las hadas.

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3 Comentarios

  1. Ay si, me re desaparecí del blog.
    Es que estoy corto de imaginación.

    Hoy en día no se cree en el ratón perez, papá noel, etc? Que bajón, era tan lindo.

    Igual no recuerdo haber ahorrado con el ratón perez, se ve que mis viejos me ponían la plata y después me la cagaban, ah re jaja no mentira :P

    Bueno Ann, te mando un beso, que todo esté de pelosss,

    Rod.-

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  2. Qué bonita historia!!!
    Oye, y por qué nunca me has llevado a casa de Ratoncito??

    El mío era muy generoso, me caía muy bien!

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  3. ¡Se acabó la Navidad! Gracias a Dios.

    Ya está. Ya pasó todo.
    Se acabaron los hipócritas deseos de paz y amor.
    Balance: 100 muertos en las carreteras, 3 víctimas de la violencia doméstica, algún asesinato fruto del consumo excesivo de alcohol.
    Se batieron los récords de reyertas familiares en Madrid la noche de Nochebuena.
    Como siempre.

    ¡Feliz No navidad!

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